10.9.08

Me cago en tu cara y en tu voz. Me cago en haberte conocido y que me haya pasado esto. Esto de no poder olvidarme ni un segundo de tu cara y de tu forma de caminar, de tu manera de hablar y retar. Estoy enojada con el mundo, con alguien, con la vida. ¿Por qué te conocí? Porque mil y una vez me lo pregunto y no obtengo respuestas. Te vi y se me paralizó el alma. El tiempo pasa, te veo cada vez, te veo y tiemblo, y ya no sé si es emoción o angustia, ya no sé si es alegría o dolor. Todo lo que sueño es contrario a lo que soñas, todo lo que busco es del otro lado de donde estás buscando. Sueño con tus ojos y con tu cara, con tu naríz, y tu espalda, eso; siempre sueño con tu espalda. ¿Será porque es lo único que me das? ¿Será porque no te intereso? ¿Será poque lo único tuyo que tengo es eso? Nada. Te veo y tiemblo. ¿Te lo dije no? Y si no te veo tiemblo de ganas de verte. Y me enojo. Vivo enojada, vivo con bronca. Creo, creo, no estoy segura, pero para vos el amor es otra cosa ¿no? ¿Conocerse, conocerse? Cuando te conoces, el amor se va, fluye como si estuvieran en el cordón de la vereda, como si fuera agua que se va por las cañerías. Tal vez te quiero pero no te conozco, y porque lo que conozco de vos me hace temblar, y a lo mejor, si te conociera, no te querría, o te querría menos, o te querría de otra forma. Pero lo mismo el amor, para vos y para mi, son cosas distintas, pasan por otro lado. Necesitamos algo diferente. Vos no compromisos, yo abrazos, vos no noticias, yo mil diarios, vos viajar por el mundo y yo encontrar mi lugar en este mundo que es imposible cambiar. Distintos. Edades distintas, pensamientos distintos, búsquedas que nos alejan. Palabras, que salen de tu boca como un vómito, que salen de la mía en cuentagotas, porque no puedo hablar cuando te veo, porque tu presencia me bloquea porque te quiero. ¿Te jode que te diga esto? A mi me jode sentirlo, me jode hasta el alma. Yo creí que no creía en nada, ¡creo en vos! Poruqe no querés que crea en vos, y haces lo imposible para que no crea. Estoy acá, sentada, escribiendo por dos razones. Porque te quiero como sos. Porque aunque nadie lo crea, ni siquiera... ni siquiera... creo en vos. Y es como que las palabras no bastan, y la cabeza se aturde, de remolinos de pensamientos desordenados. Pero es un lío esto de pensar, porque uno, o por lo menos yo, no pienso lo que quiero, pienso lo que siento, y lo que siento me bloquea. Bloqueada: por un par de ojos, unas manos, una mirada furtiva, un silencio, palabras y más palabras, que trato y no puedo entender, o que se yo, no quiero. Encontrarte en el mundo, en mi realidad, fue terriblemente hermoso, fue horrorosamente fantástico, alucinante, genial. Descubrir que el mundo no es sólo sombras. Que hay luces y vos sos una. Un flash. Pero los flashes duran segundos, es un clic, primero ese de voler y volar, y pensar que es eterno, después reventarte contra una pared, darse la cabeza sobre ese muro y decir, ya está, fue un flash, qué infelíz. Sentimos distintos, yo por vos, vos por mi. Mejor dicho, siento por vos, creo que no sentís por mí, o sí... pero no lo mismo ¿entendés? Si supieras cómo late éste corazón roto, si pudieras entender que no se busca sentir, simplemente se siente, y porque sí, sin ninguna razón. Conocer, desconocer, saber, no saber, estar, no estar. Me devolviste algo que ya tenía. Creo que te lo dije, me diste ganas de crecer. También me volvió la vergüenza por sentir está todo, todo junto. Admiro de vos lo que no conozco de vos, no solo lo que vos querés que yo conozca, si no lo que puedo conocer sin que te des cuenta. Te quiero, entero, sueño con vos dormida y despierta, sueños dulces, sueños bravos, sueños cortos y largos, sueños... Cuando me despierto, me doy cuenta que son eso, mil sueños, mil irrealidades, y que estoy y que estás lejos. Estoy peleando conmigo para ya no sentirte, pero ¿Sabés algo? No puedo. Tenés, esa extraña energía que me hace falta, que quiero y que deseo. Te daría todo lo que me pidas, Y SÓLO TE PEDIRÍA QUE NO TE FUERAS TAN PRONTO.