15.7.08


Hoy volví a soñar con él después de tanto tiempo, después de hacer el esfuerzo de esquivarlo y olvidarlo para siempre. Fue una mezcla de pesadilla con sueño, porque hubiese preferido no tener qeu cruzármelo ni en mis pensamientos, pero él estaba distinto. Ni para bien ni para mal; distinto. No traía las mismas palabras, ni las mismas excusas. Era más sincero conmigo que con él mismo y lloraba. Mi pidió que lo abrase y ahí lo perdí, nunca me acuerdo realmente como son los sueños. Yo no era la que me alejaba esta vez, era una brisa fresca que me susurraba al oído que no lo escuche, que no caiga en ese juego otra vez y que ella tenía algo mejor para mí. Yo estaba inmóvil, por más rabia que me daba verlo de nuevo, las palabras me dejaron desconcertada, estaba en otro mundo intentando no odiarlo por primera vez. No podía ser más inocente, más ilusa. Él estaba ahí, convirtiendo mis sueños en pesadillas, atormentando todos mis sentidos, me conocía muy bien como para rendirse tan fácil.